7 de julio de 2025
La revolución conservadora. El proyecto 2025La revolución conservadora. El proyecto 2025
Por Javier Torres Parés*
“We the people” is us, not them.
Financiada generosamente por algunos de los grandes capitales de Estados Unidos, la Fundación Heritage obtuvo ingresos por más de 100 millones de dólares aportados por el magnate cervecero Joseph Coors (uno de sus fundadores), los hermanos Charles y David Koch (petróleo, gas y químicos), el financiero Robert Mercier y la Fundación John Templeton (finanzas), entre otros prominentes donantes. En 2023, la Fundación Heritage publicó el libro Mandato para el Liderazgo. La promesa conservadora. Proyecto 2025. Proyecto para la transición presidencial.[1]
En una perspectiva proteccionista y un nacionalismo exacerbado, La promesa conservadora. Proyecto 2025, junto con un nutrido conjunto de textos, delineó los principales objetivos de la transición gubernamental: por principio, plantea tomar toda la adminisración del Estado para reformarlo de acuerdo con sus valores, siguiendo el ejemplo de Ronald Reagan, así como reducir la dimensión de la organización estatal eliminando numerosos servicios públicos federales, entre otros los dedicados al desarrollo cultural y científico. Como en el caso del fascismo italiano de principios del siglo XX, es el nacionalismo o el nacionalfascismo el que aporta el cuerpo doctrinario a la revolución conservadora de Estados Unidos y es ahora una reacción contra un amenazante socialismo como entonces la amenaza esgrimida era el bolchevismo.[2] En el beligerante conservadurismo estadounidense, el principal adversario a combatir es el “marxismo cultural”, una ambigua denominación que incorpora la defensa del medio ambiente, los programas de inclusión racial, el feminismo y la ayuda a los grupos vulnerables, todo lo cual se considera racista y excluyente de los verdaderos ciudadanos. También, se insiste en eliminar de los libros de historia la presencia de la negritud, de los migrantes de origen latino y de todo aquello que, según este Plan, no se ajusta a la verdadera historia y desarrollo de los Estados Unidos. Quienes defienden las ideologías socialistas son los “guerreros woke”, es decir, la mayor parte de las élites políticas en el poder a partir de los años 70 formadas por la izquierda anti-norteamericana dentro y fuera de los Estados Unidos.
Esas élites políticas y culturales, según señalan los autores del proyecto, son calificadas como deshonestas y corruptas, las que serían responsables de la inflación “tan dañina para las familias”, de las muertes por sobredosis de drogas, de la normalización de las identidades trans, los drag queens y la pornografía que invade las bibliotecas escolares, situación que, por ejemplo, justifica a sus ojos que se retiren numerosos libros de las bibliotecas públicas; élites ilustradas acusadas también de haber radicalizado “los peores ingredientes” de los años 70, de restablecer el radical chic y el culto totalitario a The Great Awokening, referencia denigratoria a lo woke, término que se refiere a todo lo ajeno al conservadurismo defendido por el Proyecto 2025.
Reagan, en su momento, habría derrotado a estas “bestias… golpeándolas en el corazón”. Para sustituirlas llaman al hombre común, “al señor, a la señora y a la señorita Smith” para formar un ejército contra quienes se pretenden superiores al común de los estadounidenses y “deconstruir el Estado Administrativo”. Como en la Italia de Mussolini, se trata de un resurgimiento popular contra una minoría usurpadora en la que “el pueblo significa aquí una categoría ética e ideal, esencialmente ahistórica, sin contenido efectivo. Este era el pueblo con el que procedería la ‘democracia fascista’”, el que es llamado a una enérgica acción que resuena con el leitmotiv mussoliniano, ‘el futuro pertenece a los fuertes’.[3]
Contra la izquierda, toda la fuerza del Estado debe emplearse para fortalecer a la familia (nuclear). Fortalecerla significa derrotar la implosión social que genera la ausencia del padre en las relaciones familiares, fuente principal de la pobreza, del crimen, de las enfermedades mentales, del suicidio juvenil, de la drogadicción, del rechazo de la iglesia y de la deserción escolar. Es necesario, entonces, restituir el valor de las lealtades y del “amor natural” propio del pueblo. La comunidad, ajena al gobierno, se forma con los vínculos del matrimonio, el trabajo, la iglesia, el voluntariado social y, sobre todo, la familia, lo cual sería la base de una sociedad sana.
Todo el poder del gobierno federal tendrá que abocarse a enfrentar la crisis de la familia. Para derrotar la cultura woke numerosas medidas tendrán que implementarse: por ejemplo, prohibir la pornografía, establecer requisitos de trabajo para obtener apoyo alimenticio, impulsar la desaparición de toda mención de términos como orientación sexual; identidad de género; diversidad; equidad; inclusión; aborto y derechos reproductivos de todas las leyes, agencias regulatorias, contratos privados y reglamentos existentes, que hacen proliferar disparatados reclamos de libertad de expresión; libertad sexual; apoyos a la niñez y derechos de propiedad (seguramente de quienes profesen la cultura woke) todo lo cual, como tal, según señala este manual de gobierno, no está protegido por la Constitución. Quienes respaldan estos conceptos en realidad son depredadores de niños y misóginos explotadores de las mujeres y estas concepciones deberán ser excluidas de la enseñanza en todos los niveles educativos.
El Proyecto 2025 propuso reorientar el trabajo de todas las agencias gubernamentales, tarea a cargo sobre todo del presidente, respaldado por un ejército de partidarios debidamente adoctrinados y seleccionados para encabezar los organismos gubernamentales, previamente preparados por medio de un sistema educativo propio, accesible en la red digital. Los términos de la revolución conservadora se plantean como una guerra sin concesiones contra el ejército enemigo interno y las amenazas externas. Por otra parte, el débil e irresponsable Congreso estadunidense habría dejado la responsabilidad presupuestaria a las burocracias administrativas y a agencias, como las encargadas de la protección ambiental, que estrangulan a producción doméstica de energía. El Departamento de Educación impone en los salones de clase propaganda ahistórica anti-estadounidense, el de Justicia obliga a los escolares a aceptar criterios transgénero en su vida diaria y el Pentágono a los militares a tomar seminarios sobre los “privilegios blancos”; el Departamento de Estado hace otro tanto con la ayuda exterior.
El conservadurismo sostiene que el presupuesto federal alimenta la cultura woke y cada una de esas agencias es un centro de poder de la cutura anti-nortemericana que promueven también en las bibliotecas públicas e instituciones de salud, agencias todas distanciadas de los auténticos intereses del pueblo estadounidense, por lo que habrá que quitarles los colmillos y el dinero. El ejército de los Estados Unidos deberá concentrarse, prioritariamente, en enfrentar la amenaza china. La academia universitaria es también considerada un centro de poder izquierdista de los más peligrosos porque ha esgrimido un discurso de odio anti-estadounidense. La conclusión del Plan es despedir a miles de burócratas de las posiciones de las que han abusado y a todos aquellos que, como élite que se pretende iluminada y superior a los demás estadounidenses, han adoptado una ideología con un contenido perverso y ajeno a los valores que defiende la revolución conservadora.
Los intereses económicos que sustentan el Plan 2025 se oponen a la globalización imperante durante décadas. El “marxismo cultural”, según sostienen los autores del libro, respalda entusiasta a organizaciones como las Naciones Unidas y la Unión Europea, ajenas a los intereses del pueblo y apoya tratados internacionales en todo tipo de temas y actividades económicas, de la industria farmacéutica a los “derechos de la niñez”.
La izquierda wilsoniana es la que respalda la política de fronteras abiertas creando una crisis humanitaria en la frontera sur, sin importarles el incremento del crimen, los recursos desviados por esa causa en escuelas y hospitales, los efectos negativos en los salarios de la clase obrera y en los intereses de la industria doméstica, despojando a la nación de la produción de sus energéticos, sacrificados ante el Dios de la naturaleza. Son esos líderes políticos los que abrazaron a China y a su genocida Partido Comunista y los enriquecieron, vaciando a la Nación de su base industrial: ven en el crecimiento de la industria tecnológica (Big Tech) un instrumento de ese país asiático. La mano de obra barata se habría obtenido al costo de transferir propiedad intelectual con uso militar e inteligencia con tal de beneficiarse económicamente. Tal sería el caso de Tik Tok, instrumento de espionaje de la población joven de Estados Unidos, y el de la propaganda china en las universidades por medio de los institutos Confucio, razón por la cual estas instituciones educativas deben perder sus acreditaciones y el sustento de los fondos federales. ¿Crisis cultural y crisis del capital?
¿La revolución conservadora es un movimiento nacionalfascista estadounidense? El Proyecto sotiene con énfasis la necesidad de restituir las industrias energéticas para restablecer la industrialización de los Estados Unidos y abrir el camino para recuperar los derechos divinos otorgados a los Estados Unidos para el pleno disfrute de “la Vida, la Libertad y la búsqueda de la Felicidad”, principios básicos para unir al movimiento conservador contra la dictadura de “los guerreros woke”. En su conjunto, el Proyecto 2025 promete el renacimiento del poder estadounidense y el disfrute de una edad dorada. Mussolini conservó el poder aproximadamente 21 años y Hitler cerca de once años.
[1]Mandate for Leadership. The Conservative Promise. Project 2025. Presidential Transition Project.Heritage Foundation, Washington, 2023.
[2] Paris, Robert, Les origines du fascisme, Questions d´histoire, Flammarion, France, 1968, pp. 22,26. Guérin, Daniel, Fascisme & gran capital, FM/Petite collection maspero, París, 1971, p.25.
[3] Paris, Robert, Op. Cit., p. 49.
* Javier Torres Parés: Doctor en “Historia y civilizaciones” por la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales, París; profesor de Historia de México contemporáneo en la Facultad de Filosofía y Letras y tutor del Posgrado en Historia de la UNAM.
Contáctanos
Gaceta Criba
Plaza San Jacinto #16, Col. San Ángel 01000, Alvaro Obregón, CDMX
+52 5611514331
cribaelalicate@gmail.com
Disfruta nuestros contenidos mientras escuchas nuestra selección de música en Spotify.
Criba, historia y cultura. Vol. II 2024, Número 6, octubre – diciembre del 2024, es una publicación trimestral editada por Galería de las Artes Café, Plaza San Jacinto #16, Col. San Ángel 01000, Alvaro Obregón, Ciudad de México. ISSN: en trámite.
Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan el punto de vista del editor.
Todos los texos publicados en Criba. historia y cultura se encuentran inscritos bajo licencia Creative Commons 4.0: puede hacer uso del material publicado citando la fuente de la que proviene, respetando los derechos morales de cada autor y el contenido copiado, pero no está autorizado para usar este material con fines comerciales.
Atribución-NoComercial 4.0 Internacional (CC BY-NC 4.0)